La biorientación molecular incrementa la resistencia a la presión hidrostática y a la tensión, obteniendo tuberías más livianas para la misma presión de servicio (12.5 bar o kgf /cm2). Las tuberías se fabrican campana - espiga, con el anillo instalado en fábrica, que garantiza el adecuado ensamble en obra, evitando su desplazamiento en el proceso de instalación.